Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Now
"Me siento completamente a gusto"
27 Febrero 2017 12:54
El pasado miércoles, el artista francés Abraham Poincheval, de 44 años, asumió el reto de vivir una semana en el interior de una roca de 12 toneladas. Aunque para ello tiene que almacenar sus excrementos a su alrededor, ha asegurado sentirse "muy a gusto".
"Estoy viajando en esta roca que no se mueve, como un astronauta", dijo a través de una grieta de la piedra situada en el Museo de Arte de París.
Él mismo talló un agujero con su propia imagen y un nicho para guardar bebida y comida. De este modo, es como si la inmensa piedra se hubiese convertido en su nueva vivienda provisional. Pero sin inodoro.
A pesar de que ha aprendido a lidiar con el hecho de vivir encerrado, la experiencia también tiene aspectos negativos: teme no poder dormir lo suficiente y sufre la frustración de no saber en qué hora vive. "Tengo una idea del tiempo en relación a las horas del museo. Oigo diferentes sonidos. Pero de lo contrario no tengo la menor noción del día ni de la noche".
Dentro de la roca, los sentimientos también son más intensos que nunca, ya que aseguró sentirse, a nivel emocional, como una montaña rusa. Una explosión de sentimientos que pretende controlar plasmándola en las páginas de un diario. "Es muy complejo. Pasas de un sentimiento a otro. Como si te llevaran en una balsa".
A pesar de vivir rodeado de excrementos, el artista aseguró sentirse completamente a gusto
La falta de movimiento podría ser otro punto negativo, pero eso a él no le importa. De hecho, se siente cómodo sabiendo que solo puede mover sus pies y sus manos unos centímetros. "No me siento oprimido, me siento completamente a gusto sintiendo una conexión real con la roca. Ya estamos encerrados en nuestros propios cuerpos", dijo a AFP antes de empezar la actuación en la que se convertiría en lo que él catalogó como el "corazón latiendo" de la piedra.
No es la primera vez que Poincheval protagoniza una performance extravagante. Anteriormente, pasó una semana viviendo dentro de un oso de peluche, cruzó los Alpes en el interior de un barril y recorrió el río Ródano de Francia en una botella gigante.
Si de aquí dos días supera esta prueba, le tocará enfrentarse a la siguiente: convertirse en una gallina humana que intentará eclosionar una docena de huevos permaneciendo sentado sobre ellos durante semanas.
"No me siento oprimido, me siento completamente a gusto, en una conexión real con él. Ya estamos encerrados en nuestros propios cuerpos"
En muchas ocasiones, la tipología de sus performances le obligan a trabajar en solitario. Pero, en este caso está acompañado por todo aquel que pasa a ver la exposición. "La gente parece muy emocionada. Vienen y hablan en la grieta, me leen poesía o me hablan de sus pesadillas o de sus sueños". Incluso, hubo una niña de nueve años que le expresó sentir devoción por su obra:
"Soy un admirador", le dijo al explicarle que la que habían llevado al museo para su cumpleaños.
[Vía The Guardian]
share