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Richard Arnold ha grabado este maravilloso y electrizante fenómeno atmosférico de México a Nueva York desde su palco privilegiado en la Estación Espacial Internacional
Playground community
23 Mayo 2018 09:13
No tenemos muy claro si “God is a dj”, pero desde luego le gusta la rave más que a el hijo de la Paqui. O eso al menos es lo que se puede decir después de ver una tormenta eléctrica desde su propia perspectiva.
Estas espectaculares imágenes fueron filmadas desde la Estación Espacial Internacional, aunque han llegado hasta nosotros gracias al astronauta estadounidense Richard Arnold, quien tuvo la cortesía de compartirlas en su Twitter el pasado miércoles. En ellas puede verse una sucesión de rayos y relámpagos que iluminan la superficie terrestre a largo de la ruta México-Nueva York.
The raw, silent beauty of the lightning below accompanies us on a predawn pass from #Mexico to #NewYork. pic.twitter.com/6nfFwYizU3
— Ricky Arnold (@astro_ricky) 15 de mayo de 2018
Con ayuda de la técnica time-lapse es posible integrar los 3.000 kilómetros de trayecto que cubre la nave en tan solo 30 segundos de placer comprimido que dejan constancia del fiestón que se monta en el cielo cada vez que a las nubes les da por experimentar con su campo eléctrico.
A pesar de que todos estamos familiarizados con este fenómeno natural, la mayoría de la gente desconoce cómo se genera el citado campo eléctrico y qué influencia tiene en la formación de rayos y relámpagos. Por ello, y con afán didáctico, hablaremos un poco del tema. Pero primero, hagamos un esfuerzo definitorio.
Si bien a nivel de conversación de calle se confunden a menudo los términos rayo, trueno y relámpago, estamos ante tres conceptos distintos. De este modo, el rayo es la descarga natural de electricidad estática que se produce cuando un cumulonimbo alcanza la tropopausa y las cargas positivas de la nube atraen a las cargas negativas. Ese movimiento de cargas a través de la atmósfera constituyen los rayos. El relámpago es el resplandor ocasionado por la descarga que desciende de las nubes en forma ramificada y que, a diferencia del rayo, jamás llega a la tierra.
En cuanto al proceso de formación del rayo, éste comienza cuando llueve y se evaporan pequeñas gotas de agua que, al subir a una mayor altitud, se congelan, creando cristales de hielo que caen por su peso y chocan contra las gotas de agua que siguen subiendo como resultado de la evaporación. Esta fricción constante crea un campo eléctrico estable hasta que se produce una transferencia entre cargas.
En función de si la descarga se produce entre nube y tierra o entre nube y nube existen diferentes tipos de rayos. Con respecto a su tamaño, suelen presentar una longitud aproximada de 1.500 metros, aunque se han registrado algunos mucho mayores. De hecho, el más extremo fue captado durante el año 2001 en el estado de Texas y alcanzó los 190 km de longitud. Casi nada...
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