La curiosa imagen de un hombre chino que pasea a su tortuga colocada panza arriba en su cabeza se ha vuelto viral. ¿Está sufriendo el animal?
Las tortugas son auténticas celebridades en la cultura china y quienes eligen a este animal como mascota se toman bastante en serio todo lo relacionado con su bienestar. Eso es lo primero que hay que saber a la hora de juzgar las imágenes de arriba. Es decir, eso de sacar a pasear a sus tortugas lo hacen desde el total respeto y amor por su amimal. Otra cosa es que nos choquen las formas.
Nuestro protagonista está tan encantado con su reptil que se lo pone en la cabeza y lo saca a pasear todos los días. Se lo pone en la cabeza "del revés". Para que “la cosa” siga en su sitio utiliza un palo largo sujeto a una cuerda que le ayuda mantener el centro de gravedad del “topping” de tortuga.
La imágen resulta tan desconcertante que una vecina, una tal Ms. Li, tras ver pasar a menudo a la extraña pareja, decidió grabar este vídeo y dejar constancia del “mimo” que gastan en Shenyang cuando se trata airear a sus mascotas.
Aunque los chinos no son los únicos que se lo pasan bien con sus tortugas. Aquí debajo tenemos otro caso digno de mención que tuvo lugar en Japón.
Tortuga gigante pasea con su dueño en Japón
Bon-Chan, así llama este ejemplar macho de tortuga gigante africana, recorre a diario las calles de Tokio “de la mano” de su inseparable dueño, Hisao Mitani. Este funerario lleva cuidando del reptil más de 20 años y a pesar de que estamos seguros de que sus intenciones son buenas, de vez en cuando se permite ponerle vestidos que ha elaborado para su mascota a partir de las ropas de la que fue su mujer. Esperamos que no haga lo mismo con la lencería.
En cualquier caso, e indistintamente de si están vestidas o no, a las tortugas les sienta bien la luz solar directa. De hecho, los expertos recomiendan exponerlas al menos 3 horas al día y muchas personas se las llevan al parque o las sacan a la calle como si se tratara de cualquier otra mascota, digamos… más convencional.
Animales increíbles, no cabe duda. Símbolo de longevidad y sabiduría para un gran número de culturas y supervivientes por derecho propio después de poblar la Tierra durante más de 220 millones de años.