“Dios me dijo que necesitaba un Falcon 7X, pero que yo no debía pagarlo”. Más descarado, imposible
En ocasiones, las noticias reales parecen sacadas de una película de comedia. Mira si no estás imágenes grabadas hace apenas diez días en Nueva Orleans, Estados Unidos. Un conocido telepredicador utiliza uno de sus habituales mensajes en vídeo para pedirle a sus feligreses que le compren un jet privado de 54 millones de dólares. Y tan ancho.
La cosa es aún más sangrante y disparatada de lo que parece, porque resulta que el tipo ya cuenta con su avión privado, pagado por sus fieles. Y antes del que usa ahora, tuvo otros dos.
Este dechado de descaro se llama Jesse Duplantis, un pastor protestante que dirige una iglesia del Evangelio de la Prosperidad en Destrehan, en Louisiana. Pero su labor predicadora no se limita a los fieles de su parroquia: el estadounidense tiene millones de seguidores por todo el mundo, a los que ahora les ha pedido colaboración para poder comprarse un Falcon 7X.
Según Duplantis, el mismísimo Dios habló con él para decirle que necesita un avión privado nuevo, pero que no debería tener que pagarlo. El propósito de comprarse este aparato es, en sus propias palabras, "poder volar a cualquier parte del mundo sin tener que hacer paradas para repostar".
Como decíamos, el Falcon 7X sería el cuarto avión de su colección, aunque en estos momentos solamente conserva uno de los aparatos.
Aunque su pueda parecernos totalmente descabellada en nuestro país, en Estados Unidos no se trata de algo demasiado chocante. El Evangelio de la Prosperidad, al que pertenece este telepredicador, sostiene que el bienestar físico y la riqueza material llegan hasta sus pastores mediante la voluntad divina. Los adscritos al “evangelio de la salud y la riqueza” predican que la fe, la postura positiva hacia las causas religiosas y las donaciones a esas causas aumentan a la larga la riqueza material de una persona. Dar para ganar en vida, primero. Y luego para ganarse el cielo.
"Si Jesucristo estuviese hoy sobre la Tierra, no iría montado en burro", dice el telepredicador. "Volaría alrededor del mundo en un avión de alta velocidad".
Su petición ha generado respuestas de todo tipo en las redes sociales. Algunos opinan que Duplantis es un charlatán y se lamentan por haber malgastado su tiempo escuchando lo que tiene que decir. Otros, por el contrario, creen que un nuevo avión privado ayudaría al predicador a llevar la palabra del Señor a todos los rincones del mundo de una forma más rápida y cómoda (para él).
Quienes no se han tomado tan bien la petición de este telepredicador son los miembros de otros sectores más tradicionales de la Iglesia. Así, varias figuras de las religiones católica y protestante han señalado que uno de los principios del cristianismo es desprenderse de los bienes materiales.
Esta idea queda reflejada varias veces a lo largo de la Biblia, por ejemplo en una de las frases más famosas de Jesucristo: "Bienaventurados los pobres, porque ellos heredarán el reino de los cielos". Parece claro que Duplantis no estaría siguiendo esta idea de manera muy adecuada.
La pregunta ahora es: después de echarle la caradura que le ha echado... ¿conseguirá su avión?
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