Se sabe que las cosas se han hecho bien cuando te marchas de un sitio y deseas volver al instante, ¿verdad? Esta es la sensación que provoca Marchica. Esquí y fiesta, o lo que es lo mismo: esquí y après-ski. Una experiencia exclusiva del periodo invernal donde la nieve, el frío y la diversión provocan un combo perfecto que explota en pleno aire libre.
Para celebrar el 10º aniversario de Marchica, Ron Barceló organizó el evento con influencers reconocidos a nivel estatal de la talla de Lucas Loren, Mery Turiel o Sr.Cheeto. Una combinación de talentos variopintos con los que disfrutamo de cuatro días que se pasaron volando, o mejor dicho, esquiando... (ya podéis matarnos si queréis, lo entendemos perfectamente).
Vale, que quede claro: disfrutar de un buen après-ski no implica solamente beber y bailar después de esquiar.
Vale, que quede claro: disfrutar de un buen après-ski no implica solamente beber y bailar después de esquiar. Entre las muchas actividades que se organizan podríamos destacar el toboganing, una experiencia que recomendamos encarecidamente si quieres sentirte como Papá Noel en su trineo con un toque de Mario Kart. No solo es una sensación indescriptible poder bajar de noche por las pistas iluminadas solo para ti y tus amigos, también te hace revivir los tiempos de niñez, cuando era más importante divertirte que tu integridad física (eso sí, hace falta tener un poco de competitividad en el cuerpo).
Si de algo disfrutamos en Marchica fueron sus noches, de todas y cada una de ellas. No vamos a negar que el ambiente que se genera allí es uno de sus grandes atractivos. Tanto, que incluso te puedes llegar olvidar de esquiar por las pistas de Formigal. ¿Por qué? Porque merece la pena vivir los atardeceres de après-ski de principio a fin.
Y si hasta ahora todavía no hemos podido despertar en tí la curiosidad por viajar a Aramón Formigal Panticosa (que sí, que el nombre es muy largo pero qué más da), grabamos toda la experiencia en primera persona para poder transmitir lo que es la verdadera experiencia del après-ski, por eso de que una imagen vale más que mil palabras.