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En ocasiones se nos olvida lo diferentes que pueden ser las cosas en otros lugares del mundo
Playground community
25 Mayo 2018 09:34
En ocasiones se nos olvida lo diferentes que pueden ser las cosas en otros lugares del mundo. Estamos tan acostumbrados a nuestra cultura occidental, a lo que vemos tanto en nuestro día a día como en los medios de comunicación y las películas y series, que no nos damos cuenta de que lo que nos parece normal no tiene por qué serlo en otros países.
Una de las zonas más chocantes para los viajeros occidentales que la visitan es el Sudeste Asiático. Este conjunto de países tiene una forma de entender diferentes aspectos de la vida totalmente distinta a la nuestra. Así, cosas como la forma de trabajar o de entender lo que es seguro y lo que no chocan frontalmente con nuestras costumbres y creencias.
Dentro de esta zona, probablemente el país con una cultura más alejada de la nuestra sea Myanmar. Este territorio relativamente desconocido para los occidentales destaca por ser el país más pobre de todo el Sudeste Asiático, además de por su forma de vida completamente distinta a la que estamos acostumbrados.
En el vídeo que acompaña al artículo, podemos ver uno de los miles de ejemplos que una persona que viaje a este país se encontrará de estas diferencias. En él, observamos una noria de feria movida exclusivamente por la fuerza de varios hombres. Esta práctica, que parece impensable que ocurra en Europa, es típica de una de las celebraciones más importantes de Myanmar.
El festival conocido como Aye Kyaw Thadingyut celebra tradicionalmente el descenso de buda de los cielos. Durante los días que dura, los birmanos (como se conoce a los habitantes del país) realizan celebraciones religiosas tradicionales y le rinden homenaje a sus mayores. Pero, eso sí, sin que esto les impida divertirse.
Así, además de las norias impulsadas únicamente por fuerza humana, en este festival podemos encontrar prácticamente cualquier cosa: mujeres mayores cocinando en un puchero en medio de la calle, niños ofreciendo un espectáculo con serpientes y otros animales, y todo tipo de artículos a la venta.
En los últimos años, el Aye Kyaw Thadingyut ha atraído a cientos de miles de visitantes, que se acercan a la capital de Myanmar para observarlo todo y recrearse con cosas que no pueden encontrar en sus propios países. Sin embargo, muchas veces estas prácticas no son tan seguras o éticas como podrían parecer.
En el caso de los operarios de las norias, los responsables de protección de menores de UNICEF en Myanmar han descubierto que muchos de los trabajadores tienen menos de 18 años. Y no solo eso, sino que no cuentan con ningún tipo de sistema de seguridad que garantice su bienestar en el trabajo.
El trabajo infantil es una práctica común en todo el país. Aunque los jóvenes que lo practican se defienden diciendo que necesitan el dinero para ayudar a sus familias, ¿hasta qué punto es ético hacer trabajar a menores de 18 años en trabajos peligrosos?
La respuesta a esta pregunta no se puede hacer sin entender a fondo la cultura del país, cuyas normas y regulaciones son mucho menos estrictas que las europeas. Sin embargo, organismos internacionales de todo el mundo están haciendo todo lo posible por mejorar las condiciones de vida de los jóvenes birmanos.
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