Rita mordisqueo una bolsita con algo durante su paseo por el parque y acabó... así
¿Te has preguntado alguna vez qué le ocurre a un perro cuando, por accidente, ingiere algún tipo de droga?
La protagonista de este vídeo está, literalmente, colocada. Y el culpable es algún tipo de alimento que contenía marihuana (ya sabes, algún tipo de edible, un bizcocho, galletas u algún otro tipo de dulce con cannabis entre sus ingredientes) y que habría comido por accidente tras haberlo encontrado en un parque durante su paseo diario.
Su dueño Seth, de 18 años y residente en Texas, notó pronto que algo no era normal en el comportamiento de Rita y corrió con la chihuhua a una clínica veterinaria para comprobar que se encontraba bien. Allí es donde grabó las imágenes que encabezan estas líneas, para dejar constancia de su estado desorientado.
“Parece que a alguien un poco descuidado se le cayó algún trocito en el parque y él se lo comió. Más tarde me di cuenta de que estaba teniendo un comportamiento extraño y decidí llevarla al veterinario, donde se quedó a pasar la noche y donde se le hizo un test de orina y se le administró un tratamiento detox”, ha explicado Seth.
Lo cierto es que, a pesar de que pueda parecer una broma, este tipo de situaciones son más comunes de lo que podrías pensar, sobre todo en Estados Unidos donde ya hay muchos estados que han legalizado la marihuana. De hecho, según datos recogidos por The Washington Post, se ha producido un incremento del 330% en las consultas veterinarias por este motivo solo en los últimos cinco años. La mayoría de veces, por supuesto, se trata de accidentes en los que se ven envueltos bizcochos, tartas o galletas con marihuana, casos que empeoran todavía más cuando estas tartas incluyen chocolate, un alimento que los perros no deben comer.
Un estudio reciente en este sentido afirma que ”aunque esta droga tiene un margen muy alto de seguridad, se han registrado algunas muertes de animales tras la ingesta de comestibles que contenían mayores niveles de THC”. Lo cierto es que en la mayoría de casos estas situaciones se quedan en una anécdota, aunque hay que saber cómo actuar.
En primer lugar, es importante reconocer los síntomas, que van desde los vómitos a los temblores pasando incluso por las convulsiones. Luego, dicen los expertos, es importante llevar al animal lo antes posible al veterinario para que este le valore en persona. En este sentido, es importante ser sinceros con el personal médico y contarle lo ocurrido para que puedan atenderle de la mejor manera. Y si sucede, calma: en la mayoría de casos solo sea necesario que el perro tome una pequeña siesta y ‘pase’ el colocón. Después de eso tu amigo estará perfectamente bien.