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Esta sencilla ilusión óptica podría servir para diagnosticar autismo

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Un baile de puntos para identificar trastornos del espectro autista

Playground community

26 Marzo 2018 14:41

Uno de los mayores desafíos de la medicina actual son los diagnósticos de trastornos neurobiológicos como el Trastorno del Espectro Autista (TEA). Sin embargo, el descubrimiento de un equipo de investigación que trabaja en la Universidad de Pisa, en Italia, podría facilitar estos diagnósticos mediante una simple observación: la dilatación de las pupilas cuando la persona es sometida a una serie de ejercicios visuales.

El TEA es un trastorno neurobiológico del desarrollo permanente que se suele manifestar durante los primeros tres años de vida. En general, se distinguen dos síntomas fundamentales: deficiencias en la comunicación e interacción social, y patrones restrictivos y repetitivos de comportamiento. El trastorno puede presentarse de manera más leve o grave, y su dificultad para diagnosticar reside en la gran variedad de formas y grados de intensidad en los que se presenta.

Sin embargo, una característica común es la propensión a fijarse en los detalles y obviar la visión en conjunto. Ahí se encuentra la clave con la que el equipo de investigadores ha estado trabajando: con una simple ilusión óptica se puede observar dónde se sitúa el punto de interés del sujeto.

La ilusión óptica en sí no es complicada: dos capas de puntos de colores contrarios que se mueven en direcciones opuestas dentro de una columna. La clave está en la percepción que el cerebro tiene de lo que está pasando: ¿se trata de una columna de puntos que giran todos en una misma dirección o de dos hojas de puntos que se deslizan la una sobre la otra?

En general, el cerebro necesita establecer el significado de la imagen en su conjunto, por eso las ilusiones ópticas funcionan aunque conscientemente sepamos que hay un truco detrás. Por eso lo normal en este caso sería ver una columna girando.

Un cerebro que prefiere centrarse en los detalles en lugar de en la imagen en su conjunto vería las dos hojas de puntos moverse de forma separada, ya que se enfocaría en un tono y luego en el otro. En lugar de ver la imagen en su conjunto, en este caso el cerebro decide verla como escenas desconectadas entre sí.

Pero ¿cómo facilitaría esta ilusión óptica el diagnóstico del TEA? La clave está en las pupilas. Si las pupilas parpadean al mirar la ilusión óptica, quiere decir que se están ajustando a los dos tipos de tonos de luz, lo que supone que están mirando a las dos capas de puntos como detalles separados.

A pesar de todo, este análisis no es concluyente, sino indicativo. Es decir, permite correlacionar los resultados de esta ilusión óptica con las medidas normalmente utilizadas para predecir el TEA.

Aquellas personas cuyos cerebros manifiestan rasgos asociados con el TEA verían las dos capas de puntos moverse de manera independiente, proceso representativo del procesamiento sensorial que surge del autismo. Pero si no has sido diagnosticado con autismo y aun así no consigues ver la columna girar, no te preocupes. Sólo quiere decir que a tu cerebro le encantan los detalles. Y no hay nada malo en eso.

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