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La última erupción explosiva del volcán hawaiano se dejó sentir así por encima de las nubes
Playground community
22 Mayo 2018 20:12
La naturaleza a veces resulta tan implacable como alucinante. ¿Qué hacer como humano, demasiado humano, ante la fuerza y la majestuosidad destructora del volcán Kilauea en una de sus erupciones explosivas?
Nada. Protegerse. Observar. Admirar. Temer.
Esta última erupción ocurrió el pasado jueves 17 de mayo y expulsó cenizas a más de 9.000 metros de altura. Se trató de una erupción explosiva, como vemos en el vídeo, donde el cráter escupe ceniza que resulta altamente contaminante para el medio ambiente y para la salud de quien lo aspira.
El fenómeno venía días esperándose. El pasado día 3 el Kilauea desprendió grandes cantidades de lava, que aún sigue avanzando a lo largo y ancho de toda la Isla Grande de Hawaii, en la que viven alrededor de 185.000 personas. Los científicos avisaron entonces de que esta gran erupción generaría nuevas explosiones volcánicas de ceniza, siendo la primera la de este jueves.
Los científicos ya consideran el evento como el más terrible de lo que llevamos de siglo, y aún parece que va a peor. Los fuertes vientos de los últimos días están propagando la lava cada vez más rápidamente, que sigue comiendo terreno de la isla, causando daños de todo tipo: destruye casas, coches y carreteras. Este fin de semana la lava ha llegado al mar, creando las peligrosas nubes de humo denominadas "laze" (una mezcla entre las palabras "lava" y "haze", neblina en inglés), muy perjudiciales a efectos respiratorios.
La calidad del aire en Kona, a unos 64 kilómetros del volcán, estaba ayer en nivel ‘naranja’. Según la descripción de riesgos asociada a cada nivel, eso quiere decir que las personas de edad avanzada y con problemas pulmonares podrían resultar afectadas.
Hasta ahora ya han sido evacuadas más de 2.000 personas de sus casas y comunidades, y la lava ya se ha cobrado su primer herido grave: se trata de un hombre que fue alcanzado en la pierna cuando se encontraba en el balcón de su casa. El hombre fue trasladado rápidamente al hospital, y su pierna presenta quemaduras muy graves de la espinilla para abajo, según afirman fuentes locales.
Además la lava se está acercando peligrosamente a una planta geotérmica de la isla, que genera el 25% de la energía que consume Hawaii. Esta planta contiene sustancias inflamables que podrían causar una emisión de gases tóxicos incontrolable. Los trabajadores han trasladado de urgencia algunas de ellas, como el pentano, lejos del recinto. Ahora se encuentran intentando cerrar los tres pozos que llegan al agua caliente que permite la producción eléctrica de la isla.
El poder de destrucción de la lava volcánica es tremendo, y cortar su paso no es tarea fácil. En los últimos años se ha intentado de todo, desde apagarla con agua hasta bombardearla con el fin de debilitarla. Aunque parezca líquida, es muy espesa, y por ello esta segunda estrategia pretende fragmentarla para mermar su fuerza. Las bombas han servido en ocasiones anteriores (como en el caso del volcán Etna, en Sicilia) para desviar su curso, pero no para detener su avance. En el caso del agua la situación es parecida: aunque puede funcionar para pequeños flujos, el agua no causa efecto para masas de lava grandes.
Los científicos creen, además, que la actividad volcánica de las últimas semanas podría ser el anuncio de una gran erupción, similar a otras registradas en el Kilauea en varios momentos del siglo pasado. Según los técnicos de la agencia pública que supervisa la actividad volcánica, es posible que esté en camino una erupción aún más fuerte, con lava que podría salir disparada a una altura de 180 metros, como ocurrió en 1955, en uno de los episodios más violentos de este volcán hawaiano.
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