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Aunque cualquier violencia es injustificable, es importante conocer las causas para evitar que se repita. Por eso es tan importante el interrogatorio de Nikolas Cruz, autor del tiroteo que tuvo lugar a principios de año en el instituto Stoneman Douglas de Parkland, en Florida.
La Fiscalía de Broward (Florida) ha decidido difundir las imágenes del interrogatorio de Cruz a petición de los medios de comunicación, aunque por respeto a las víctimas se han borrado las partes en las que el joven confiesa los detalles del crimen. El interrogatorio comenzó unas cuatro horas después del tiroteo y se alargó durante más de 11 horas.
En el vídeo se puede ver cómo al principio Nikolas simplemente asiente o niega con la cabeza a las preguntas del inspector de policía John Curcio. En ocasiones pronuncia alguna que otra frase con un tono tan bajo que el agente tiene que pedirle reiteradamente que alce la voz. Sin embargo, en un momento dado comienzan a hablar de la muerte de los padres de Cruz. Entonces el chico parece que empieza a “sincerarse”.
Su padre había muerto hace 15 años y su madre adoptiva murió de neumonía a finales del año pasado. Entonces Cruz se abre y realiza una confesión aterradora: desde que murió su padre hay una voz demoniaca en su cabeza que le pide “que haga daño”.
Según él, fue la voz la que la noche anterior a la masacre le convenció de que al día siguiente cogiese un Uber y fuese a su antiguo instituto, del que había sido expulsado por razones disciplinarias. "Para mí, es yo y mi lado malo. No me gusta el demonio. Tengo miedo", le repite varias veces al agente Curcio.
Cuándo le preguntar por su arsenal de armas, Cruz responde que las compró para protegerse del demonio en su cabeza. De hecho, trató de suicidarse dos meses antes del crimen con una sobredosis de ibuprofeno y alcohol. Incluso durante el interrogatorio repite frases como "Quiero morir. Al final no eres nada más que algo despreciable. Te mereces morir” o "Mátenme, simplemente mátenme. Quiero morir”.
En otro momento le cuenta al inspector que muchas veces también pensaba en esa voz como un amigo imaginario. Cuando ésta le instaba a “quemar, matar y destruir lo que fuera”, Cruz se desfogaba con animales como pollos o pájaros. Por eso muchos en el instituto lo vieron venir:
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