¿Tejidos desgastados después de muchos lavados? No precisamente. Así se fabrican los tejanos rotos
Los has visto por activa y por pasiva durante los últimos cinco años (sobre todo tras la vuelta de los 90 al mundo de la moda) pero quizá no sabías cuál era el secreto detrás de la manufacturación de los pantalones rotos o rasgados.
Las modas vienen y van y todos hemos luchado en algún momento contra nuestros padres, madres, abuelas o abuelos intentando hacerles entender por qué llevar los pantalones arrastrando por el suelo era lo 'guay' o el sentido detrás de ir enseñando el ombligo en pleno invierno. Pero admitámoslo: lo del roto en los pantalones a veces se nos ha ido un poco de las manos.
El caso es que un nuevo vídeo que anda circulando por Facebook con categoría viral nos cuenta el secreto mejor guardado detrás de esta moda: ¿cómo se crean esos rotos sin que el pantalón llegue a despiezarse por completo?
Ahondando un poquito en la red podemos encontrar modos más ‘industriales’ o ‘mecánicos’ de conseguir esos tajos. Por eso el proceso manual mostrado en esta grabación resulta sin duda curioso. O eso nos hacen intuir las más de 10 millones de reproducciones que han registrado estas imágenes hasta la fecha.
El vídeo en cuestión se acompaña con un texto que reza “Así se fabrica el pantalón que pagas bien caro”, y en él vemos a varios hombres colocando los tejanos en unas tablas, tensándolos con aire comprimido y raspándolos con unos cepillos o lijas que sirven para lograr el rasgado buscado. En otros vídeos sobre el tema en la red el proceso es similar, aunque en lugar de cepillos se utilizan una especie de guantes con lija integrada. Un proceso sin duda físico y agotador para quienes lo llevan a cabo.
Lo cierto es que la de los pantalones rotos es una moda complicada, de las de grandes amantes o grandes detractores, y además entraña algunos peligros.
¿Nunca has temido que esa raja estratégicamente colocada terminara de abrirse del todo y mostrara partes que no deberían ser mostradas? Pues ese no es el único peligro al que te expones cuando utilizas este tipo de prendas. Porque si te das una vuelta por la red te darás cuenta de que son muchos (muchos más de los que creerías, seguro) los casos de personas que han sufrido auténticas quemaduras de tercer grado por los efectos del sol a través de esos agujeros aparentemente inofensivos, y que han ido por la vida luciendo la piel de las piernas al rojo vivo... y a rayas.
La próxima vez que te plantes ante el armario y escojas ponerte los vaqueros rotos estamos seguros de que no solo recordarás el sudor de quien dedicó un buen rato a lijarlos, sino que te acordarás también (esperemos) de utilizar protección solar para las partes descubiertas.