PlayGround utiliza cookies para que tengas la mejor experiencia de navegación. Si sigues navegando entendemos que aceptas nuestra política de cookies.

C
left
left
Artículo 'Call Me By Your Name', la película que hará que te enamores de una historia de amor Culture

Culture

'Call Me By Your Name', la película que hará que te enamores de una historia de amor

H

 

El romance homosexual entre dos chicos protagoniza una película que podría marcar a toda una generación

Rubén Serrano

26 Enero 2018 06:00

Call Me By Your Name es un eclipse total entre dos titanes. Tras los créditos iniciales nos damos cuenta en seguida de que estamos desarmados ante la combustión de emociones que vamos a experimentar con Elio y Oliver. “Lo recuerdo todo”, confiesa Oliver. Por como hace hervir la sangre, la suya es una de esas historias de amor imposibles de olvidar.

Convertida en todo un fenómeno con varias nominaciones a los Oscar y a los Globos de Oro, la película de Luca Guadagnino explora el romance homosexual que viven dos chicos mientras pasan el verano de 1983 en una villa del norte de Italia.

Elio (Timothée Chalamet) es un adolescente de 17 años que consume sus tardes devorando libros al lado de la piscina y tocando el piano. Su tranquilidad se trastoca cuando llega Oliver (Armie Hammer), un estadounidense de 24 años que invade su habitación seis semanas para ayudar a su padre en un estudio académico.


Así, rodeados de campos abiertos, mucho sol y pantalones cortos, nos embarcamos en un viaje de autodescubrimiento en el que se atreven a sentir y a sentirse libremente. Se seducen mientras entre ellos se crea un vínculo casi sobrehumano que los une para siempre.

Lo que propicia esa excepcional conexión reside en que Elio y Oliver hablan de sus sentimientos a corazón abierto y se escuchan entre ellos, algo que el sexo masculino rara vez practica. Estas conversaciones tan primordiales -que a veces son diálogos explícitos, otra vez son diálogos llenos de metáforas en los que todo se dice entre líneas y a veces son silencios- son obra del guionista James Ivory, encargado de adaptar la novela original de André Aciman (2007).

“Me gusta como dices las cosas”, le admite a Elio un Oliver que, por mucho vello en pecho que muestre, siente miedo de que su atracción se descubra. El personaje de Hammer, cuya fuerza escénica se difumina por el magnetismo en cada plano de Chalamet, vive de sutilezas y se mueve desde una posición más comedida.

Pero en la vida no se gana nada con el silencio y en esta película el encargado de romperlo es Elio. Pese a ser un "tirillas", demuestra tener más valentía que el esculpido adonis que tiene frente a él. En una época en la que imperan los filtros, en Call Me By You Name es Elio quien decide quitarse la máscara y asumir todas las consecuencias

Él es quien desafía a Oliver poniéndose a escasos centímetros de su cara y también el que lo interroga sobre lo que está surgiendo entre ellos. Cuánta carga sexual derrama esa escena en la que Chalamet agarra con fuerza la entrepierna de Hammer y le suelta: “¿Te estoy ofendiendo?”.

Romeo y Romeo se piden permiso hasta para darse un beso. Los dos llegan a un punto en el que se fusionan en una misma persona y no pueden estar el uno sin el otro: “Llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío”; una fusión que culmina con la famosa (y sexualmente bella) escena del melocotón.

Siguiendo a Zygmunt Bauman, en un mundo lleno de relaciones líquidas donde un compromiso duradero con alguien es difícil de encontrar, como espectador siento envidia de Elio y Oliver. Deseo haber construido o haber experimentado algo tan real y verdadero, que me deje la misma huella de por vida. Me he enamorado de su historia de amor.

En esta relación, de la que somos testigos y voyeurs a partes iguales, tenemos un cómplice: el señor Perlman, el padre de Elio (Michael Stuhlbarg). Aunque ellos deciden ser precavidos para protegerse de un posible rechazo, lo único que reciben de la familia es un apoyo sutil pero incondicional.

Lo que hace que la obra acabe siendo trascendental es el memorable monólogo que el señor Perlman le ofrece a su hijo. Muchos chicos gais, chicas lesbianas o bisexuales hubieran deseado escuchar en su infancia unas palabras tan sinceras por parte de sus padres para sentirse respaldados y no arrastrar, quizá durante años, un profundo dolor emocional: “Lo que habéis tenido ha sido algo más que una amistad. La mayoría de los padres habrían querido que vuestra historia desapareciese o rezarían para que sus hijos volvieran a poner los pies sobre la tierra. Pero yo no soy ese tipo de padre. Como vivas tu vida es cosa tuya”.

No me cabe ninguna duda de que Call Me By Your Name marcará a toda una generación y se convertirá en un referente. Salí de la sala de cine excitado, pero sollozando a la vez. La película se quedó conmigo varias horas, varias tardes y seguramente se quedará dentro de mí semanas, meses o incluso años. Entonces, ¿qué hago si, al igual que Elio y Oliver, recuerdo todo lo que he vivido con ellos? El único que me ha sabido responder es el señor Perlman: “Ahora mismo tienes dolor y sufrimiento. No los mates. Quédate con la felicidad que sentiste”.

share