Guillermo del Toro desvela por qué ninguna productora quiere rodar su versión de 'Pinocho'

Arte PG

The Shape of Water, la última película del mexicano Guillermo del Toro, ha conquistado el Festival de Cine de Venecia, que acogió la premiere mundial de la cinta.

Durante una de las ruedas de prensa que precedieron al pase, del Toro estuvo hablando con los periodistas sobre futuros proyectos, poniendo especial atención sobre un posible remake de Pinocho, para el cuál el director lleva buscando financiación “durante al menos diez años”.

Protagonista del libro Las Aventuras de Pinocho de Carlo Collodi, la famosa marioneta tuvo su adaptación más celebrada en 1940, a manos de la factoría Disney. Décadas más tarde, el actor y director Roberto Benigni dirigiría su propia versión, con un presupuesto de 45 millones de euros, el más holgado de toda la cinematografía italiana, y una recepción nefasta por parte de crítica y público –la cinta cuenta con un 0 % en Rotten Tomatoes.

Pese a tener listas las marionetas y los diseños para una versión stop-motion de Pinocho, Guillermo del Toro dice que las productoras siempre se echan atrás cuando les desvela su intención de situar la historia en la Italia de los años 20, durante el auge de Benito Mussolini. “Es un Pinocho antifascista”, confesó el director a la prensa.

“Siempre termino complicándome la vida”, añadió el mexicano. “Nunca tengo facilidades para producir mis películas porque, en el momento de rodarlas, no forman parte de un género que esté de moda: nadie quería hacer películas de superhéroes cuando rodamos Hellboy; nadie quería hacer películas de monstruos cuando rodamos Pacific Rim”.

Si algún día el remake de Pinocho dirigido por del Toro consigue luz verde, éste supondría el segundo largometraje de animación firmado por el director –el primero fue Trollhunter. Patrick McHale, autor de Over the Garden Wall se encuentra actualmente trabajando en una reescritura del guión para la posible película, mientras del Toro sigue buscando financiación.

“Si tenéis 35 millones de dólares y queréis hacer feliz a un mexicano”, bromeaba el director, “aquí me tenéis”.