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Las 5 excusas más tristes de la Unión Europea con los refugiados

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Hoy el Consejo Europeo tratará de otorgar "sentido de urgencia" al debate sobre la crisis de refugiados. Quizá este mensaje sirva de ayuda

David Meseguer

23 Junio 2017 10:48

La Unión Europea no siempre fue una señora vieja agria, desconfiada e injusta. De hecho, nació con muy buenas intenciones y principios aunque hoy se encuentre en medio de una triste celebración. En marzo se cumplieron 60 años de los Tratados de Roma, el pilar fundacional de lo que hoy en día es la Europa de los 28.

Durante estas seis décadas, la Unión ha tenido muchas ocasiones para demostrar su apego a sus propios ideales, pero pocas han tenido la trascendencia de la actual crisis de refugiados.

Cuando en 2015 estalló la mayor emergencia humanitaria desde la Segunda Guerra Mundial, Bruselas se comprometió a dar una respuesta efectiva. Dos años después, los hechos demuestran estar muy lejos de sus propios valores.

En un día en el que la Comisión Europea desea imprimir "sentido de urgencia" a la crisis de refugiados, proponemos un recorrido por sus propias excusas y contradicciones y lanzamos un mensaje urgente.

1. "Voy a reubicar a 182.000 refugiados en dos años"

En 2015, cuando la guerra de Siria cumplía su cuarto aniversario, cerca de un millón de personas llegaron al viejo continente cruzando el Mediterráneo en endebles embarcaciones. Pensaban que Europa les recibiría con los abrazos abiertos.

Grecia e Italia fueron los dos principales países de la Unión Europea receptores de esta gran cantidad de refugiados cuyo objetivo era alcanzar países como Alemania o el Reino Unido. Mientras que muchos refugiados alcanzaron su destino tras realizar a pie la llamada ruta de los Balcanes, miles de personas quedaron atrapadas en estos dos países, y a ellos se suman los centenares de personas siguen llegando a sus costas a diario.

Ante esta situación, los Estados miembros aprobaron un sistema de cuotas para reubicar a 182.000 solicitantes de asilo desde Italia, Grecia y terceros países. Según la Comisión Española de Ayuda al Refugiado (CEAR), sólo se ha reubicado a algo más del 20% y el plazo expira el próximo 26 de septiembre.

2. "Mi amiga Turquía es de fiar"

En marzo de 2016, la UE pasó del "Refugees Welcome" al "Refugees don't come".

Para frenar la gran cantidad de refugiados que ingresaban a Grecia a través de Turquía, la Unión Europea decidió firmar un pacto con Ankara. Organizaciones como Amnistía Internacional denuncian que “el acuerdo supone que la UE se salte sus obligaciones internacionales sin reparos y que toda persona que llegue de manera irregular a las islas griegas sea devuelta a Turquía, solicitantes de asilo incluidos”.

A cambio, la UE acordó que Turquía recibiría 3.000 millones de euros para atender a los 2,9 millones de refugiados que acoge y reforzar sus operativos de control fronterizo.

Pero, ¿es Turquía un socio fiable?

Desde 2015, el país ha entrado en una deriva muy peligrosa con respecto a los derechos humanos. En la región kurda se vive una guerra civil que según la ONU ha dejado más de 2.000 muertos y más de 330.000 desplazados.

Otra decepción más de la Unión Europea: hacer bandera de valores como la libertad, la democracia y el respeto de los derechos humanos y confiar la vida de millones de refugiados a un país que ningunea estos principios.

3. "Frontex también es un operativo de salvamento marítimo"

En octubre de 2016, la agencia para la protección de las fronteras de la Unión Europea (Frontex) amplió su mandato y funciones para realizar, también, las funciones de repatriación de aquellas personas que no cumplieran los requisitos para obtener el estatuto de refugiado.

De nuevo, la UE demostraba que la solidaridad era un lema más bien vació de significado.

Frontex se limita al patrullaje y control de las fronteras, y en varias ocasiones ha criticado a las ONG que realizan tareas de rescate en el Mediterráneo por “colaborar con las mafias de trata de seres humanos”.

Según datos de ACNUR, en 2016 murieron más de 5.000 personas ahogadas en el Mediterráneo. Más de 14.000 desde 2014, 474 de ellas eran niños.

Una de esas criaturas fue Aylan Kurdi, un pequeño kurdo sirio de tres años que en septiembre de 2015 murió ahogado en las costas de Turquía cuando trataba de alcanzar Grecia. La UE afirmó que tomaría medidas para que semejante tragedia no volviera a ocurrir. De nuevo, promesas vacías. Quien finalmente dio asilo a la familia de Aylan fue Canadá, un país situado a más de 10.000 kilómetros de Siria.

4. "Creedme, no hay guerras de primera y de segunda"

No hay duda de que la guerra de Siria es el peor conflicto del siglo XXI. Sus cifras son demoledoras. Más de 400.000 muertos y 5 millones de refugiados, son sólo dos datos que ayudan a dimensionar la magnitud de la tragedia.

Aunque Siria ha monopolizado mediáticamente muchos espacios, lo cierto es que hay muchos otros conflictos que siguen estando muy activos y dejando un reguero de sangre y refugiados. Afganistán, Sudán del Sur o Nigeria son sólo algunos ejemplos.

Los Estados miembros no sólo han priorizado la acogida de refugiados sirios, sino que han negado las solicitudes de asilo e iniciado la deportación de personas procedentes de países como Afganistán. En diciembre de 2016, Alemania realizó la primera deportación de ciudadanos afganos con un vuelo chárter de Frankfurt a Kabul.

Incluso en una cuestión tan sensible como los refugiados, la interesasa UE piensa más con el bolsillo que con el corazón.

En este sentido, Javier de Lucas, Catedrático de Filosofía del Derecho y Filosofía Política en el Instituto de Derechos Humanos de la Universidad de Valencia, comentaba a este medio:

“Aunque no son inmigrantes sino solicitantes de asilo, los afganos no interesan porque no son trabajadores atractivos para su mercado de trabajo. Alemania siempre ha preferido a los refugiados sirios porque buena parte de ellos son personas con cualificación profesional y, por lo tanto, fácilmente reciclables en el mercado de trabajo alemán”.

5. "Mis amigos los países árabes también podrían acogerles"

La UE siempre ha tenido una relación de amor-odio con los países árabes. Los ha criticado por no respetar los derechos humanos pero mira hacia otro lado cuando interesa comerciar con armas o construir un tren de alta velocidad.

Sin ir más lejos, en 2016 España exportó a Arabia Saudí material dedefensa por un valor de 116 millones de euros, un país que no respeta los derechos humanos y tiene un rol muy activo en las guerras de Siria y Yemen.

Países como Qatar o Emiratos Árabes Unidos también son países que han sido acusados de violar los derechos humanos. Las condiciones de semiesclavitud de los trabajadores de la construcción o de las trabajadoras domésticas –en su mayoría migrantes del sudeste asiático–, son sólo un ejemplo.

Del mismo modo, países como Líbano y Jordania, acogen a 1 millón y más de 650.000 refugiados sirios, respectivamente. Estados vecinos de Siria que están al borde de la saturación puesto que en su día ya fueron receptores de miles de refugiados palestinos.

Estas son algunas de las excusas y contradicciones más tristes de la Unión Europea respecto a la crisis de refugiados. El Consejo Europeo está tratando de dotarla de "sentido de urgencia". Haz que le llegue este mensaje.


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