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Artículo Puigdemont ignora su destitución y llama a hacer 'oposición democrática' contra el 155 Now

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Puigdemont ignora su destitución y llama a hacer 'oposición democrática' contra el 155

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El president redobla su pulso al Gobierno . “Tengamos paciencia, perseverancia y perspectiva”

Luis M. Rodríguez

28 Octubre 2017 18:51

El primer desafío a las medidas adoptadas por el Gobierno de Rajoy al amparo del artículo 155 de la Constitución llega de la mano y de la boca de Carles Puigdemont. El hasta ayer presidente de la Generalitat de Cataluña no se da por destituido.

Aunque el president no lo ha verbalizado de forma explícita, ese es el recado de fondo de un breve mensaje de corte institucional, grabado esta mañana en la sede de la Generalitat en Girona, que ha sido emitido por TV3 este mediodía.

Se trata de sus primeras palabras públicas desde que el presidente del Gobierno anunció el cese de todo el Govern el viernes por la noche. Junto al atril de Puigdemont, una bandera catalana y una europea. Y un mensaje con el que trata de quitar legitimidad a la decisión del Ejecutivo: “En una sociedad democrática son los parlamentos los que eligen o cesan a los presidentes”.

Puigdemont quiere transmitir la imagen de que nada ha cambiado realmente tras la votación del Senado, que la desconexión avanza y que él sigue dirigiendo su Govern hacia la consumación de esa República Catalana que ayer recibía la validación del bloque parlamentario independentista. Y en ese papel se ha dirigido hoy a la ciudadanía para pedir perseverancia, calma y civismo en el ejercicio de una “oposición democrática” contra la aplicación del 155 y contra las medidas que de él se derivan.

“Tengamos paciencia, perseverancia y perspectiva”, ha dicho el líder independentista. “Tenemos claro que la mejor manera de defender las conquistas logradas hasta hoy es la oposición democrática a la aplicación del artículo 155, que es la consumación de una agresión premeditada a la voluntad de los catalanes que de manera muy mayoritaria y a lo largo de muchos años nos hemos sentido nación de Europa”.

“Tenemos que hacerlo [oponernos al 155] preservándonos de la represión y de las amenazas, hacerlo sin abandonar nunca, en ningún momento, una conducta cívica y pacífica. No tenemos ni queremos la razón de la fuerza. Nosotros, no”.

Carles Puigdemont

En su mensaje, Puigdemont ha defendido que la votación del viernes en el Parlamemnt, en la que se aprobó la puesta en marcha de un proceso constituyente, fue "un día histórico, cargado de sentido democrático y de sentido cívico". Un día en el que, según el president, los parlamentarios se limitaron a cumplir con el mandato que habían recibido en las elecciones catalanas del 27 de septiembre de 2015. Y en eso seguirán. Mientras les dejen, claro.

"Nuestra voluntad es continuar trabajando para cumplir los mandatos democráticos y a la vez buscar la máxima estabilidad y tranquilidad, entendiendo las dificultades lógicas que comporta una etapa de esta naturaleza, que nuestro país no ha recorrido nunca".

Puigdemont no ha anunciado actuaciones concretas ni ha querido hablar de los encuentros o posibles acuerdos que deberían producirse en los próximos días para dar contenido a la declaración de independencia. No ha aludido a ningún mecanismo jurídico para justificar una supuesta legitimidad para desoír las medidas del Gobierno y mantenerse en su cargo. Tampoco ha hecho mención al resto de miembros del Govern, aunque algunos consejeros ya anunciaron el viernes, en reuniones informales con trabajadores de las distintas áreas de gobierno, que su intención es acudir el lunes a trabajar con normalidad, en calidad de "ministros en funciones".

En esas reuniones, los consejeros trasladaron a sus subordinados un mensaje claro, el mismo que ellos habían recibido de boca de Puigdemont: “Seguir trabajando democráticamente para la construcción de la república”.

“Debemos continuar perseverando sin violencia, sin insultos, de manera inclusiva y respetando a personas y símbolos y también a los catalanes que no están de acuerdo con la mayoría parlamentaria”.

Carles Puigdemont

La desobediencia del Govern era un escenario probable. Tanto que ayer, tras el Consejo de Ministros, el Ejecutivo aprovechó para advertir de forma expresa a Puigdemont y su equipo de gobierno que, en caso de resistirse a dejar sus cargos, estarían incurriendo en un delito de usurpación de funciones claramente tipificado en el Código Penal.

La amenaza, parece, no ha tenido efecto. Aunque el mensaje televisado de hoy, con su llamamiento explícito y reiterado a la no violencia, puede interpretarse como una maniobra con calado jurídico que buscaría dificultar una posible actuación de la Fiscalía contra Puigdemont por un delito de rebelión, que persigue a los que "se alzaren violenta y públicamente" contra el Estado. La rebelión conlleva penas de cárcel de hasta 30 años.

De momento desde el Gobierno se economiza en los comentarios: “Calificar la conducta de Puigdemont corresponde a los juzgados".

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