Ratko Mladic, ha sido declarado culpable de genocidio por las masacres cometidas durante la guerra de Bosnia
E l tribunal Penal Internacional para la antigua Yugoslavia ha condenado a cadena perpetua a Ratko Mladic, más conocido como el carnicero de los Balcanes. Ha sido después de que lo expulsaran de la sala por bocear y de intentar retrasar la lectura del veredicto. Pidió su descanso para ir al baño que terminó durando 30 minutos, además de solicitar que un médico le tomara la presión sanguínea.
Pero su show ha dado igual. El tribunal le ha declarado culpable de 10 de los 11 cargos presentados. Se le acusa de genocidio y de crímenes contra la humanidad cometidos durante la guerra de Bosnia (1992-1995) que supuso una limpieza étnica y la vuelta de los campos de concentración a Europa después de la Segunda Guerra Mundial. Murieron 100.000 personas y hubo 2,2 millones de desplazados.
Mladic, arrogante y siempre ataviado con su gorra militar, fue un asesino al mando del Ejército serbobosnio entre 1992 y 1995. Ahora calma su semblante y se presenta como un señor enfermo y débil. A sus 74 años, tiene admiradores y en las tiendas aún se venden camisetas con su cara como si fuera un héroe de la patria.
No morirá, como pretendía, sin esquivar a la justicia. En la sala del TPI se han escuchado a 591 testigos del exterminio y mostrado un vídeo en el que daba órdenes a sus tropas antes de lo que se conoce como el genocidio de Srebrenica. Durante el 12 y 19 de julio de 1995, se fusiló a 8.000 varones bosnios musulmanes. En los cadáveres encontrados había niños, hombres y abuelos. Vidas que habían sido arrebatas a personas entre los 8 años y 80 años.
Asedio a Sarajevo
Mladic nació en Bozinovici (en la Bosnia oriental) en 1942. Se quedó huérfano y se alistó al ejército. En su larga cuenta de crímenes genocidas, está el asedio a Sarajevo, en el que se bombardeó sin piedad durante 43 meses. Su hija se suicidó en plena guerra con su pistola. Algunos quisieron creer que lo hizo porque no soportaba el horror que causaba su progenitor.
Hombre huyendo de los ataques en Sarajevo
Al líder militar se le acusó por primera vez en 1995. Entonces la OTAN temía que su arresto solo se consiguiera con más baños de sangre. Lo dejaron en paz. En 1997, cuando se empezaron a buscar a los criminales de la guerra, Mladic huyó protegido por el ejército de Serbia. Estuvo oculto durante 16 años.
Con su detención en casa de un primo en 2011, cerca de la frontera con Rumanía, y el inicio de su juicio en La Haya en 2012, las víctimas respiraron. Era el último fugitivo. La sentencia supone la culminación tras una larga espera y reconocimiento. El año pasado se condenó al líder político de los serbios de Bosnia, Radovan Karadžić, a 40 años de prisión pero sin hablar de genocidio y omitiendo la cadena perpetua.