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Los detenidos Sergei Mikhailov y Dmitriy Dokuchaev se enfrentan a cargos de traición que pueden significar condenas de hasta 20 años de cárcel
01 Febrero 2017 18:04
Si hace menos de una semana conocíamos la noticia de que 3 altos cargos de la ciberseguridad rusa habían sido detenidos y uno despedido, esta semana las informaciones indican que la cifra de los arrestados llega ya a 6 personas. Y dos de ellas han sido acusadas por el Gobierno de colaborar con la CIA.
Sergei Mikhailov, jefe del Centro de la Seguridad de Información del FSB, y Dmitriy Dokuchayev, adjunto del primero, han sido acusados de traicionar su juramento y trabajar para proporcionar información al Centro de Inteligencia estadounidense, según informa la agencia de noticias rusa Interfax. Según el abogado Ivan Pavlov, que defiende a uno de los acusados, su cliente "habría admitido su culpabilidad", cita la agencia.
Junto a Mikhailov, arrestado y sacado de una reunión del FSB con una bolsa en la cabeza, y Dokuchayev, también fue detenido Ruslan Stoyanov, trabajador de Kaspersky. Según los últimos datos, antes de estas tres detenciones, fue arrestado en noviembre el periodista Vladimir Anikeev, líder del grupo de hackers Shaltai Boltai (Humpty Dumpty).
Sergei Mikhailov, jefe del Centro de la Seguridad de Información del FSB, y Dmitriy Dokuchayev, adjunto del primero, han sido acusados de traicionar su juramento y trabajar y proporcionar información al Centro de Inteligencia estadounidense, según informa la agencia de noticias rusa Interfax
Precisamente con ese grupo de piratas informáticos se relacionan ahora las detenciones. Shaltai Boltai es el grupo de piratas más importante en actuar dentro de las fronteras rusas y se les acusa de haber hackeado el Twitter del Primer Ministro Dmitriy Medvedev y haber sacado a la luz supuestos correos sobre la preparación del referéndum de Crimea y el conflicto en este de Ucrania. De acuerdo a The Guardian, la relación de Mikhailov con el grupo acusado de filtrar cientos de correos de altos funcionarios del Kremlin no está del todo clara.
Novaya Gazeta, medio opositor a Putin, informa que Brian Krebs, importante experto de ciberdelincuencia que cuenta con una columna en el Washington Post, ha comentado el escándalo de las detenciones asegurando que Mikhailov fue una de las fuentes que le entregó documentos confidenciales rusos.
A pesar de lo poco que se sabe con certeza hasta el momento, los movimientos purgatorios dentro de la agencia de inteligencia rusa son una muestra de que algo muy grave está pasando. A no ser que se produzcan nuevas filtraciones, es probable que los extremos que han motivado estas detenciones nunca se aclaren. La acusación de traición implica una potencial pena de cárcel de hasta 20 años tras un proceso desarrollado en la más estricta confidencialidad.
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