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Los activistas han logrado reunir 11 millones de firmas que buscan prohibir la atroz tradición de comer carne canina
13 Junio 2016 18:44
*Aviso: este artículo contiene imágenes de extrema crueldad que pueden herir la sensibilidad.
Nuestras costumbres alimentarias difieren de un lugar a otro. En algunas partes del mundo se hace sopa de tortugas, ardillas a la brasa o embutidos de caballo. En otras, las granjas industriales tratan a cerdos, vacas y pollos con una crueldad inimaginable.
Aún así, el plato que más nos pone los pelos de punta es un tierno estofado de perro a la hora de cenar. Nos incomoda a nosotros, había que precisar, porque en algunos países de Asia el consumo del "mejor amigo del hombre" es tan normal como repulsivo en otros.
Tanto es así que en China existen hasta festivales anuales, como el de la ciudad de Yulin, durante los cuales se sacrifican miles de perros por culpa de una trasnochada tradición cultural. Sin embargo, es posible que este año se logre acabar con esta repulsiva costumbre.
Los defensores de los animales han instado a las autoridades chinas por enésima vez a suspender el festival de Yulin, que se celebra durante 10 días cada año coincidiendo con el solsticio de verano. En esta ocasión, los activistas han logrado reunir 11 millones de firmas a través de una campaña con el lema "no soy tu comida".
A pesar de que los defensores del consumo de perro aseguran que los animales son criados en granjas especiales y que comer su carne equivale a la de comer la de un cerdo, el festival, que comienza el 21 de junio, deja cada año imágenes de perros maltratados que desatan la polémica y repulsa mundial.
Los activistas sostienen que muchos de los perros sacrificados han sido anteriormente robados, drogados y golpeados hasta la muerte en los mataderos.
Cada año se asesina en Asia unos 30 millones de canes por su carne. Un tercio de los cuales son sacrificados en China. Pese a esta legendaria tradición de consumir su carne creyendo que aporta múltiples beneficios a la salud, el festival de Yulin solo comenzó a celebrarse en los años 90.
El consumo de estos animales, que en el resto del mundo son considerados de compañía, puede justificarse también con un mandato de Mao que mantenía que el hecho de tener animales domésticos era una práctica elitista y burguesa.
No obstante, la clase media de la China moderna es cada vez más consciente de los derechos de los animales y adquiere perros y gatos como animales de compañía. Una reciente encuesta realizada por la televisión china reveló que el 56% de los encuestados apoyaría una ley que prohibiera el consumo de carne de perro.
Una cifra demasiado baja, pensarán algunos, pero acorde con un país sin políticas a favor de los derechos animales.
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