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¿Ciudadanos afroamericanos llamando "puta racista" a Hilary Clinton y pidiendo el voto para Trump a ritmo de trap, a sueldo del Kremlin?
09 Octubre 2017 18:16
A Word Of Truth
Mira este pantallazo sacado de YouTube:
En un primer vistazo rápido, nada te haría pensar en la Rusia de Putin. Vemos a un youtuber anónimo con camiseta en honor a Brooklyn y un skyline reconocible insertado detrás. Es un youtuber con aspiraciones de influencer. Si pudiéramos insertar aquí el viejo vídeo del que está sacada esa imagen —hace unas horas podíamos, ya no, aunque puedes verlo aquí—, verías a un fulanito que ha decidido usar su canal en la red de vídeos para expresar sus filias y sus fobias políticas en mitad de una polarizante campaña electoral. Nada raro bajo el sol. YouTube es un púlpito sin clases, un balcón público libre de aranceles en el que cada uno cuenta lo que le apetece contar. Otra cosa es que la gente escuche.
Si uno tenía el estómago y la paciencia para picar en algún otro vídeo del mismo canal, pronto descubría que ese primer youtuber no estaba solo. No era un asunto personal, sino una empresa de dos. ‘Williams & Kalvin’. Así se hacen llamar. Williams y Kalvin Johnson.
Aquí está su falso hermano:
De nuevo, un hombre joven expresando sus opiniones sobre los principales candidatos presidenciales en EEUU. Un hombre negro llamando racista a Hillary Clinton y pidiendo el voto para Trump. Vale. Esta en su perfecto derecho de apoyar a quien quiera. Pero hay algo en esos decorados, en ese inglés rudimentario de recio acento africano, en la formulación insistente de las anotaciones a pie de vídeo...
Algo chirría.
Tal y como explica The Daily Beast aquí, en sus perfiles Williams y Kalvin aseguraban que son de Atlanta. Se presentan ante el mundo como dos ciudadanos estadounidenses hablando de forma libre sobre el estado de las cosas en su país. Dos ciudadanos que quieren compartir su “palabra de la verdad” —así se llama su canal, A Word Of Truth— con la comunidad afroamericana. En realidad, el mensaje lo han decidido otros.
Porque Williams & Kalvin trabajan para el Kremlin.
No es broma. Las autoridades que investigan la injerencia rusa en las elecciones estadounidenses están convencidas de que los canales en medios sociales de Williams & Kalvin forman parte de una amplia campaña de desinformación orquestada de Moscú para influir en la política americana.
Facebook borró su página en agosto, tan pronto como fue señalada como un canal de propaganda, y cuando acumulaba alrededor de 50.000 fans. Twitter hizo lo propio pocos días después. Solo quedaba su canal de YouTube, que ha sido cerrado hoy, hace apenas unas horas.
Ni avatares ni perfiles impostores en Facebook ni granjas de 'fake news'. El descubrimiento de personas de carne y hueso como 'talking heads' al servicio de los intereses del Kremlin complica la estampa de una máquina propagandística que podría haber llegado a impactar en hasta 70 millones de estadounidenses con sus mensajes.
Si hacemos caso a Williams y Kalvin, los Clinton son “asesinos en serie que van a violar a toda la nación”, la campaña de ella fue “financiada por musulmanes” y por eso “va a ponerse del lado de los musulmanes”.
A Hillary le dedican piropos como “bruja”, “enferma mental” o “vieja puta racista”. El legado de Obama se distingue por “la brutalidad policial, la injusticia y una carencia de educación en nuestros hijos”. Mientras, Donald Trump no puede ser racista “porque es un hombre de negocios, y todo el mundo sabe que si eres racista tus negocios van a ir mal”. Su lógica aplasta.
Si uno sigue el rastro de sus perfiles personales en Facebook, todo apunta a que Williams y Kalvin Johnson, se llamen como se llamen en realidad, viven en Nigeria. Pero ahí han estado haciéndose pasar por activistas afroamericanos dispuestos a salvar a "su país" de la amenaza demócrata. Son los nuevos actores —nunca mejor dicho— de la propaganda política. Los negros de Putin.
La práctica parece cada vez más habitual. Clint Watts, exagente del FBI que ha testificado frente al Comité de Inteligencia del Senado estadounidense en relación a la ciberguerra rusa, explica al Daily Beast que el Kremlin suele recurrir a agencias externas, dentro y fuera de Rusia, sobre todo en países con mano de obra barata, para generar sus contenidos propagandísticos. Siempre hay muchas terceras partes implicadas en la cadena para que sea más complicado seguir la pista de vuelta hasta Moscú. “A menudo contratan a entidades externas para hacer estas cosas, de manera que siempre puedan decir, 'No puedes probar que nosotros estemos detrás”.
Mira otra vez a Williams y Kalvin. ¿Hubieras sospechado de ellos?
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