El pobre está convencido de que los hombres que tratan de curar a su madre son agresores
Hacerse entender no siempre es fácil. De hecho, la comunicación es algo bastante peliagudo. Incluso con gente que habla tu idioma, de tu propio país y con quienes te rodean cada día, la comunicación puede complicarse hasta extremos de hacernos perder la paciencia o la razón. Si se trata de tu pareja, las consecuencias de una mala comunicación pueden literalmente destrozarte la vida. Aún con la mejor de las intenciones, un mensaje mal comunicado puede desembocar en dimisiones, pérdidas multimillonarias y toda clase de catástrofes. Seguro que en más de una guerra hubo un malentendido de por medio. Aquello de la mariposa que mueve las alas y acaba provocando un tornado.
Si esto sucede entre humanos con todo a favor, los problemas de comunicación y los malentendidos con otras especies son inevitables. Por eso este pequeño rinoceronte arremete contra los veterinarios que tratan de curar a su madre. El pobre está convencido de que son agresores, invasores y seguramente asesinos.
No puedo imaginar la angustia que puede haber sufrido este pequeño al ver a este grupo de bípedos que han dejado KO a su mamá, le han tapado los ojos y ahora se dedican a hacer extraños ruidos y maniobras en una de sus patas.
Y teniendo en cuenta que este bebé cree que esas estiradas criaturas son unas bestias malvadas, capaces de tumbar a su madre, que le triplican en tamaño y cuadruplican en número… es asombroso, pero el peque no huye. Seguro que está atemorizado, pero se sobrepone a su miedo y embiste una y otra vez.
El valiente no es el que no siente miedo. No sentir miedo es una estupidez, un atraso evolutivo —el miedo es una herramienta que nos advierte del peligro y nos ayuda a sobrevivir— y posiblemente un indicador patológico. Así que un ser —humano y animal— normal, sentirá miedo si algo le amenaza, y se le considerará valiente si consigue sobreponerse al instinto de huída, y se enfrenta a aquello que le atemoriza para conseguir un bien superior o por una estrategia guiada por su inteligencia. Y ahí es donde encontramos a este pequeñín, que antepone la protección de su madre inconsciente a su propia seguridad.
Gracias a esta intervención, mamá rinoceronte se recuperará y mejorará su movilidad. Ojalá el peque piense que, en cierta medida, el final feliz se debe a su intervención. Crecerá orgulloso y habiendo aprendido a enfrentarse a los problemas. Aunque, cuando sea un poco más grande, será uno de los animales con mayor envergadura y potencia de la naturaleza, y serán el resto de las criaturas las que evitarán por todos los medios tener con él cualquier tipo de malentendido.
