Oh! Parece ser que estás usando adblocker y lo respetamos. Por eso podrás seguir disfrutando de nuestros contenidos sin problema pero quisiéramos pedirte que lo desactivaras para nuestro site. Ayúdanos a seguir adelante y a luchar por aquello en lo que creemos.
Content
La madre de la criatura se negaba a abandonar el jardín y ante ese comportamiento extraño, Walter Burress se dio cuenta de qué pasaba
Playground community
18 Junio 2018 17:15
¿Quién no ha soñado con ser un héroe? Un héroe de materias prácticas, no uno con capa o raros superpoderes. Bombero, médico de urgencias, salvavidas en general o en una playa en particular...
Pero incluso los héroes comunes son imaginados como tipos en forma e incorruptos que son capaces de grandes hazañas en playas concurridas o en estaciones de metro. Este no es el caso de Walter Burress, un señor entrado en años, que se encontraba en el jardín de su casa de Kansas, en Estados Unidos.
Hace unos días se dio cuenta de que una cierva curioseaba cerca de la piscina de su jardín y ni la presencia de humanos en su proximidad la forzaba a abandonar la localización.
Eso le hizo deducir que algo raro sucedía. Así que se aproximó a su piscina y vio que allí estaba, pugnando por mantenerse a flote, un cervatillo. Sin dudarlo, introdujo su brazo en el agua y agarrando por el pellejo al empapado animal que movía sus patas en desesperación, fuera de su medio, tiro de él hacia la superficie y lo puso sobre el jardín.
Tan espantado, tan sorprendido estaba el pequeño animal, que ni osó moverse. El cervatillo no quiso abandonar los predios del Sr. Burress hasta haberle dedicado una fija mirada a la cámara del móvil que lo grabó todo (de la Sra. Burress, probablemente).
No es raro que los ciervos osen entrar en las urbanizaciones o en las casas que rozan los límites de las zonas boscosas. A veces por mera curiosidad animal, por huir del frío en un clima extremo o por hambre. Con suerte el humano le dará algo de comida, forjando así un lazo común. Por desgracia, no siempre esas historias terminan bien. Pero, en este caso, sí. No hubo personajes nerviosos o malvados, ni cazadores, ni chavales que se divirtieron cruelmente o jugaron al tiro al blanco con cualquier excusa. Afortunadamente, el cervatillo solo dio con una persona amante de los animales y con sentido ético.
share