Si existe una conspiración para cambiar el clima a nivel planetario, esto no tiene nada que ver
La Ciencia es una religión que requiere una gran fe a sus seguidores. Una fe, a ser posible, sin supersticiones, basada en un buen número de datos empíricos y no pocas teorías indemostrables. Si usted viviese cerca de los recintos de la NASA y fuese un individuo supersticioso, lo pasaría mal. Muy mal.
Por ejemplo, podría usted estar viendo las imágenes de arriba, que corresponden a los test de esfuerzo del motor criogénico Aerojet Rocketdyne RS-25, y empezar a pensar, como han pensando muchos, en una conspiración para cambiar el clima a nivel planetario propia de un hipervillano Marvel.
La gente ha visto el vídeo y se ha puesto a hablar de ‘máquina de nubes’. Y no, no es eso. Pero la realidad no es menos apasionante.
Estos motores, que ya estuvieron en uso en el pasado en el programa de transbordadores espaciales, están en período de pruebas para ser utilizados en un futuro próximo en el Space Launch System o SLS. La idea es que formen parte de los sistemas que los humanos usaremos para lograr posar las plantas de nuestros pies de bípedos en la superficie del Planeta Rojo, Marte. Y para eso es necesario hacer un sinfín de pruebas.
Pues bien, un efecto colateral de estas pruebas a las que los citados motores son sometidos, es la generación de grandes nubes de vapor de agua, ya que se trata de un motor criogénico cuyo combustible es el hidrógeno líquido que, al entrar en combinación con el oxígeno líquido, inyectado por unas turbobombas, acaba por mezclar el hidrógeno y el oxígeno en una combinación que resulta familiar para cualquiera que haya pisado un aula de primaria.
Esa agua, debido a las altísimas temperaturas generadas, se transmuta en enormes cantidades de vapor. Si se piensa que tras ese despliegue de energía lo que se lanza a la atmósfera es vapor de agua, por mucha cantidad que sea, lo cierto es que la NASA está demostrando tener una alta conciencia ecológica y sostenible.
Pero volvamos a las mentes desconfiadas y de desaforada imaginación, que cuando contemplan grandes masas vaporosas emergiendo de una torre de la NASA y que carecen de la fe necesaria en la Madre Ciencia, prefieren concluir que la NASA conspira. ¿Y para qué conspira la NASA? Pues eso, para alterar el Clima y para hacer el Mal, claro. Porque en el espíritu conspiranoico, nadie opta por creer que una conspiración —de realmente existir una— se hiciera con una buena finalidad en mente.
Descartada esta fantasiosa tesis, y explicado el porqué de tanto humo, os invitamos a ver este video y a estar atentos a todos los avances, experimentos, lanzamientos y proyectos de futuro de la NASA.
Vivimos tiempos apasionantes y se abre un horizonte de innumerables maravillas ante nosotros. No necesitaremos teorías ni conspiraciones para entretenernos porque pronto la posibilidad de viajar a otros planetas se abrirá ante nosotros. A ver quién puede competir con eso.