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O cuando el deshielo se manifiesta de forma magistralmente geométrica
Playground community
11 Abril 2018 14:58
La Naturaleza, antes de la omnipresente interferencia humana, disponía sus propias estructuras: valles, montañas, riscos, simas… Y la piel terrosa como lienzo de las casualidades provocadas. Pero también dibuja formas geométricas perfectas en forma de esferas, exágonos, hélices o complejos cristales como las formas infinitas de los copos de nieve.
También la Humanidad diseña, compone, planea y dibuja. Nos creemos creadores, cuando en realidad sólo copiamos o redescubrimos lo que nos rodea. Y nos hinchamos egocéntricos pensando en lo listos que somos, cuando realmente sólo unos pocos genios han sabido imaginar y plasmar más allá de las maravillas cotidianas que nos rodean.
Pero aún reconociendo esa realidad, de vez en cuando salta la liebre de la sorpresa, y en el lugar menos pensado aparece una creatividad que nos asombra, y parece que alguna persona haya estado jugando y delineando una bella estampa durante horas, cuando realmente su perfección y armonía provienen sólo de las leyes físicas.
Es lo que sucede en este vídeo grabado en un aparcamiento de Beijing, China, tras una nevada que tuvo lugar el pasado 5 de abril. Vemos el resultado de un extraño efecto, una concatenación, una interacción de los materiales con el medio ambiente y se nos dibuja ante nuestra sorprendida mirada un pequeño regalo en forma de un millar de “bollos de pan” nevados en un sencillo aparcamiento.
Como si un pequeño ejército de amables enanitos del Polo Norte hubieran abandonado por un rato el taller de la Fábrica de Juguetes de Santa Claus, y hubieran ido depositando, en perfecta y simétrica alineación, panes, pasteles o bizcochos de nieve.
Este atípico resultado se debió a dos clases de superficie en el suelo del aparcamiento: por un lado, ladrillo; por otro, unos pequeños parches rectangulares de tierra. Estas dos distintas materias muestran diferentes temperaturas en su superficie y un divergente grado de impermeabilidad. La nieve caída sobre la superficie de los ladrillos, se derritió, mientras que los montoncitos que había sobre los rectángulos terrosos, se mantuvieron con lógica similitud entre ellos, formando a la vista de los ciudadanos este esplendoroso e inesperado mosaico.
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