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Artículo El día que la Gran Muralla China se convirtió en la Gran Trampa Resbaladiza Content

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El día que la Gran Muralla China se convirtió en la Gran Trampa Resbaladiza

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Escenas dignas de ‘Humor Amarillo’ por culpa del tiempo

Playground community

10 Abril 2018 20:24

Mira que tiene kilómetros la Gran Muralla China. Mira que has hecho kilómetros tú mismo para ir a verla, hasta Beijing nada menos, a recorrer con esos pies tuyos metros y más de metros. Y nieva. No llueve, nieva. La primera gran nevada del año, dicen. Y se pone resbaladizo, cada piedra es una pista de hielo. Difícil caminar, imposible subir y avanzar por ella. Porque encima ha tocado cuesta. Corres el riesgo de que tu trasero se transmute en trineo si tus pies se escurren.

¿Quién habrá mandado a tantas legiones de turistas de todas partes del globo a ir hasta la Gran Muralla China con este tiempo? Total para pasar frío y correr el riesgo de partirte la crisma o un tobillo en un paso mal dado...

Viendo estas imágenes uno puede imaginar que en la antigüedad el invierno era otro grave hándicap para ejércitos invasores, por si no fuesen suficientes la propia altura de la muralla y los cuerpos de guardia que la vigilaban. Las nevadas desincentivarían cualquier invasión.

¿Cómo van a avanzar las huestes invasoras envueltas en sus armaduras y cargadas con toda clase de artilugios guerreros si vemos por estos turistas que no se puede avanzar un paso sin caer y volcar, arrastrando contigo a los compañeros que se agarran a los muros como pueden?

No hay ejército que se sobreponga a algo así. No es de extrañar que China fuese inexpugnable.

Mirando el vídeo, parece que la horda de turistas van pronto a comprobar si el seguro de viaje que contrataron es tan bueno como lo vendieron en la agencia de viajes.

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