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Correr con depresión: 30 millas de oscuridad al filo de un acantilado

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Esta es la historia de un ultrafondista que conoce bien la relación entre sacrificio y tristeza

claudio moreno

10 Agosto 2017 13:36

"Trabajé muy duro para escalar tan rápido como pude". Mientras vemos a Rob Krar ascender exhausto por un escarpado camino de tierra, su voz en off nos cuenta cómo combate la depresión.



La metáfora cobra fuerza gracias a las imágenes servidas por el mini-documental 'Depressions: A Few Moments From 30 Miles in the Canyon' (Depresiones: algunos instantes a lo largo de 30 millas en el Cañón), una pieza de 8 minutos que persigue al trail runner canadiense en su carrera a través de la garganta del río Colorado.

La cinta del cineasta Joel Wolpert, rodada hace tres años, abunda en la relación entre running y depresión: “Al final de las carreras acabo sumido en un lugar oscuro, y es una experiencia mágica para mí. Hay relación entre esa oscuridad de la línea de meta y la que siento con la depresión”, relata Krar.

La historia de este farmacéutico convertido en ultrafondista de éxito es a la vez un plan de acción contra el trastorno depresivo, la personificación del consenso clínico respecto a las bondades del ejercicio físico en el tratamiento de la salud mental.  

Su explicación científica es que el deporte aumenta la concentración de serotonina –un neurotransmisor asociado a la sensación de felicidad–, por lo que el running le permite alcanzar de forma natural el mismo efecto de bienestar que lograría con antidepresivos.

Pero Rob Krar no huye de sus fantasmas, al contrario: “Durante mucho tiempo negué que sufriera depresión y me enfadaba cuando caía en episodios depresivos. Una parte de mí decía: estás bien, saca tu culo de la cama. Pero no lo estaba. Así que el gran reto fue aceptarlo, reconocer que me estaba metiendo en un agujero y afrontarlo”.



Lo afrontó dialogando consigo mismo, dándole carrete a los pensamientos incómodos que surgen, por ejemplo, en carreras de larga distancia. Fue entonces cuando encontró la relación.

“Mucha gente me dice que tengo que pelear o ignorar el dolor. Yo no lo veo así. Cuando estoy terminando una carrera, apurado, con el cuerpo roto y la mente diciéndome que pare yo abrazo ese dolor. Lo abrazo física y mentalmente”.

Por aclarar la metáfora, Rob Krar no pretende abrazar la depresión como si de una gesta atlética se tratara. En realidad lo que nos está diciendo es que afrontemos el dolor para dejarlo atrás con el mejor resultado posible.

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