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Desencanto y frustración de muchos independentistas después de la DUI en diferido

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"Cataluña vive en el día de la marmota"

clara gil

11 Octubre 2017 13:31

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Ayer el Paseo de Lluís Companys mantenía el aliento. El pleno se retrasaba una hora. La CUP se negaba a aceptar los términos del Govern de declarar la República y suspender sus efectos. Esta mañana el partido independentista volvía a presionar: "Si en un mes no se declara la República dejaremos de apoyar al gobierno de Puigdemont". Un ultimátum que dejaría a Junts pel Sí en minoría. La CUP se siente traicionada. Según fuentes cercanas al partido, Puigdemont cambió el discurso minutos antes de su comparecencia.


 




Pero Puigdemont no solo ha desencantado a la CUP. También a gran parte de los más de dos millones y medio de catalanes que asistieron el pasado domingo 1 de octubre a votar y quienes durante años han dado apoyo y segumiento a los movilizaciones independentistas.



 

Después de que Cataluña viviese la República más corta de la historia, apenas duró 8 segundos, los más de 30.000 congregados en el Paseo Lluís Companys no escondían su decepción. Tras las primeras reacciones de abrazos, aplausos y vítores, el ánimo caía por los suelos con la marcha atrás de Puigdemont. Más de la mitad de los asistentes abandonaba el paseo. Silencio y confusión seguido de pitidos de "traidor" y un "fora Convergéncia" (fuera Convergencia).


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"Es un sentimiento agridulce", explicaba Albert desde el Paseo Companys. "Sabíamos que no iba a ser una imagen cinematográfica como la de Lluís Companys y sabíamos que no íbamos a tener la independencia mañana. Entendemos la postura del President pero el sentimiento de frustación es inevitable", aseguraba.


Puigdemont decidió optar por la vía eslovena. Declarar la República catalana y suspender sus efectos para abrir un marco de conversaciones. Una "DUI en diferido". Las dos principales asociaciones civiles independentistas, ANC y Ómnium, que exigían la declaración de la República hasta el último momento, han suavizado su discurso y han mostrado su apoyo a Puigdemont. Ahora le pasan el balón a Rajoy.




Fuentes cercanas a Esquerra Republicana aseguran que "era mucha la presión internacional" para establecer un diálogo. Sin embargo, son varios los parlamentarios que no ocultaron ayer su decepción. Entre ellos Marta Rovira, que hoy criticaba el discurso de Mariano Rajoy después de su comparecencia tras la reunión del Consejo de Ministros.





El diputado Joan Tardà no tenía reparos en manifestar su apoyo a la CUP y se sumaba al plazo de cuatro semanas que los independentistas han dado a Puigdemont.





Críticas también al discurso que dio ayer el President en el que muchos ven similitudes con la antigua Convergència. El expresidente de Cataluña, Artur Mas, siempre ha utilizado la carta económica para defender la independencia. Ayer, Puigdemont hizo una clara alusión al papel protagonista de Cataluña como uno de los principales contribuyentes en el crecimiento de la economía española.


Esta mañana el Conseller de Presidéncia, Jordi Turull, aseguraba que si el Gobierno central pretende aplicar el artículo 155 el Govern "será consecuente con sus compromisos". Un compromiso que parece moldearse bajo las exigencias de la comunidad internacional.

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"Pese a que llevamos muchos años esperando este momento y que hoy esperábamos una respuesta más contudente del President, también tenemos que entender que solos no podremos lograrlo. Sin un apoyo internacional que nos respalde no podremos seguir adelante", aseguraba ayer Javier, uno de los asistentes del Paseo Lluís Companys. "Pese a ello, el sentimiento es de impotencia".





La declaración de independencia se firmó ayer, aunque con cierta reticencia de la CUP. No han dado plazos ni quiénes serán los interlocutores que se prestarán a las negociaciones con el Gobierno central. El Govern ha decidido optar por la vía del diálogo y la mediación pero incumpliendo su propia Ley de Transitoriedad, suspendida por el Tribunal Constitucional. El movimiento a seguir: pasarle la patata caliente al Gobierno central.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha contestado con la misma estrategia. En su comparecencia ha asegurado que exigirá a Puigdemont una respuesta a la pregunta de si ayer declaró o no la independencia. Algunos lo han interpretado como el primer paso para aplicar el artículo 155, cuyo procedimiento requiere instar a Puigdemont que cese su plan independentista. El Partido Popular aclara que la respuesta, una vez más, debe venir del Gobierno catalán.




Con una DUI en diferido y un artículo 155 también en diferido el escenario catalán se encalla. Habrá que esperar a los próximo días para saber si el proceso indepentista avanza o retrocede. La diferencia es que esta vez a muchos catalanes se les está acabando la paciencia.

"Esto es un fraude y un disparate. Estamos haciendo el ridículo ante el mundo", se lamentaba ayer Laura, otra de las jóvenes que acudió a escuchar el discurso de Puigdemont. "Cataluña vive en el día de la marmota".




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