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Nadie sabe qué salió mal… pero acabó con la cabeza en un tubo de escape

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Siempre habrá fenómenos de la naturaleza humana dispuestos a hacer historia en los festivales

Playground community

19 Junio 2018 19:18

Los Festivales de Música dan para mucho. Para mucho más que música, queremos decir. Desde aquel ya lejano y hippiesco Woodstock, inundados de paz y amor (libre) con el trasfondo de la guerra de Vietnam, se han sucedido eventos, más o menos numerosos, estrepitosos, pletóricos de márketing y dispuestos a ser a la vez, disfrute musical y buen negocio.

El ambiente que se respira, se fuma, se comparte y se bebe da para mucho. Puede que ya no lleguen al legendario Woodstock, ni en número ni en cartel, pero siempre habrá fenómenos de la naturaleza humana dispuestos a hacer historia, aunque sea de la tontería y el frikismo.

Porque, aparte de un “¿qué apostamos?” de libro, ¿qué otra cosa que no sea el alcohol (o alguna otra sustancia) puede llevar a una joven muchacha a introducir su cabeza en un tubo de escape de una furgoneta pick-up durante el transcurso del Festival de Música de Winstock (Minnessota)?

Como dice un usuario de Facebook: “tenemos que conocer su versión de la historia”. Ganas no faltan, pero entre el agobio del rescate, la previsible resaca y algún resto de vergüenza propia que le quede, Kaitlyn Strom, de 19 añitos, se mantendrá lejos de los micrófonos y las cámaras.

Aunque sí sería interesante para aquellos grupos científicos que estudian las perturbaciones que el alcohol causa en nuestro comportamiento: la idea que se reafirma en alguno de esos estudios más recientes, consiste básicamente en que el alcohol no transforma nuestra actitud, no nos convierte en “otros”, sino que más bien revela cómo somos realmente o en todo caso, potencia alguno de nuestros rasgos que solemos tener bajo control o que dominamos con nuestra cotidiana disciplina. De ser así, ¿qué tendrá la buena de Kaitlyn en la cabeza (en esa misma cabeza que atascó) para que le diera por ahí?

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