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Artículo El enternecedor momento en el que una mamá gorila acaricia por primera vez a su hijo Content

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El enternecedor momento en el que una mamá gorila acaricia por primera vez a su hijo

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Las redes han explotado con esta demostración de ternura, pero este parto de una gorila en cautividad es además más importante de lo que parece

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19 Abril 2018 12:38

Cada nacimiento es un milagro. Contemplar un parto es emocionante y nos permite ser testigos sin estúpidos pudores de algo tan natural como maravilloso. Esa madre que ha generado casi desde la nada una nueva criatura completa y perfecta, con una complejidad que aún no ha sido comprendida del todo; que ha sentido cómo su cuerpo cambiaba en su estructura misma; que ha sido habitada y que ha podido ya jugar con ese hijo que respiraba y se movía en su interior, con la certeza de que compartían la piel, el aire, el plasma y los alimentos, y quién sabe si también los sueños, las tristezas y la esperanza. Dos seres en uno que, en el parto, inician un nuevo camino que lo cambia todo para siempre. Se ha descrito mil veces. Vivirlo es indescriptible.

La imágenes nos muestran el parto de Calaya, una gorila de las llanuras de quince años, madre primeriza, llegada al Zoológico Nacional Smithsonian hace cuatro con el objetivo específico de reproducirse. Un parto que es una promesa que va más allá de la pequeña familia de Calaya. “El nacimiento de este gorila occidental es muy especial y significativo, no sólo para nuestra familia del zoo, sino también para esta especie en peligro en general”, explica Meredith Bastian, una de las cuidadoras de primates del Smithsonian.

Esa es la realidad. Los gorilas están en peligro de extinción calificado como crítico puesto que sólo quedan unos 200.000 ejemplares en el mundo después de que las enfermedades y la caza de furivos hayan acabado con cerca de un 60% de la población en el último cuarto de siglo.

Otros motivos que han hecho que este parto sea especial es que, como puede verse, ha sido totalmente natural, encargándose la madre, llevada por su instinto, de todo el proceso, sin asistencia de ningún tipo. Y además en presencia del padre, un macho de 26 años y 200 kilos de peso llamado Baraka que llegó a manifestar su alegría con movimientos específicos que los gorilas reservan para momentos de gran entusiasmo.

Meredith Bastian, una de las cuidadoras de primates del zoo, ha manifestado que “El nacimiento de este gorila occidental es muy especial y significativo,no sólo para nuestra familia del zoo, sino también para esta especie en peligro en general”.

Zoológico Nacional Smithsonian

El lunes, se cerró la casa de grandes simios para facilitar la adaptación del bebé, al que han puesto el nombre de Moke, que significa “pequeño” en el idioma Lingala, el propio de la zona en que viven este tipo de gorilas en la República Democrática del Congo.

Hacía nueve años que el Zoológico Nacional Smithsonian esperaba este nacimiento. La zoocría puede ayudar, como en este caso, a los programas de conservación de especies en peligro de extinción, a través de cuidados específicos que buscan la reproducción pero también una profundización en el estudio de estas especies. Esto implica un gran cuidado del entorno, la alimentación y la salud, con personal altamente especializado y planificaciones elaboradas que permitan que los animales se aclimaten y desarrollen su potencial de reproducción y crecimiento.

Un esfuerzo ingente que sin duda y, especialmente a la vista de este emocionante vídeo, merece la pena. ¡Bienvenido Moke!

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