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Lit
El personal de la casa-museo y el medio centenar descendientes de la primera mascota del escritor se encerraron en la mansión y sobrevivieron al huracán
12 Septiembre 2017 11:54
No hizo falta construir un arca como en el pasaje del Antiguo Testamento.
Durante el paso del huracán Irma por Florida, los 54 gatos y los 9 empleados que habitan la antigua mansión colonial de Ernst Hemingway se parapetaron en el interior de la casa-museo.
El medio centenar de gatos —todos descendientes, de algún modo, de Snowball, el peculiar gato de seis dedos de Hemingway— resistieron a las inclemencias temporales en Key West dentro de la casa, a pesar de las recomendaciones de la hija del escritor.
Los responsables de la casa-museo se acopiaron de comida y agua y esperaron que el huracán causara el menor número de problemas posibles.
Previamente, el director del centro ya había informado a los medios de que se quedarían en la casa: “Los gatos saben de forma natural cuándo ir a la casa. Tan pronto como la presión barométrica cae, entran”.
Y así es como ha sido, gatos y personal resistieron en la casa-museo como si de un búnker se tratara sin más problemas que los sucedidos extramuros.
Se podría decir que ninguno de los 54 gatos han gastado una sola de sus siete vidas.
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