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Esta es la nueva táctica de intimidación en la guerra sucia de Putin

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Rusia está hackeando teléfonos personales de soldados de la OTAN. Algunos militares han denunciado acosos callejeros por parte de desconocidos con acceso a detalles íntimos sobre sus vidas

L.M.R.

06 Octubre 2017 18:49

Getty

Si tuviéramos unas gafas especiales que nos mostraran de forma gráfica todas las operaciones que se realizan cada minuto en el espectro radioeléctrico a nivel global, veríamos la guerra total. Y esa es una guerra que se hace con las armas de todos: nuestro smartphone es una pistola que apunta hacia nuestra propia cabeza.

Los últimos en experimentar esa “amenaza de bolsillo” en carne propia son los soldados de la OTAN destacados en las que fueron áreas de influencia soviética, según una información publicada en The Wall Street Journal. Del otro lado del hilo estaría un Putin empeñado en llevar su ciberguerra sucia a un nivel mucho más íntimo en el que personas singulares empiezan a ser objetivos y fuente de vulnerabilidades.



Según un informe de la OTAN, Rusia está usando técnicas de vigilancia avanzadas para robar datos de teléfonos móviles usados por militares destacados en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia como parte de su misión Enhanced Forward Presence


La información del WSJ se basa en un informe interno de la OTAN en el que se afirma que Rusia está usando técnicas de vigilancia avanzadas para robar datos de teléfonos móviles usados por militares destacados en Estonia, Letonia, Lituania y Polonia como parte de su misión Enhanced Forward Presence. El objetivo de esa misión es disuadir a Rusia de posibles aventuras similares a las que llevó a cabo en Ucrania.

Los informes de la OTAN hablan de esfuerzos coordinados y de equipamientos sofisticados que van desde antenas portátiles a potentes drones y que apuntan, supuestamente, al Kremlin.


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También llama la atención la manera en la que los propios militares empezaron a sospechar de que sus teléfonos estaban siendo hackeados: WSJ habla de relatos de soldados estadounidenses que, sin estar de servicio, disfrutando de su tiempo libre, se han visto abordados en plena calle por extraños —supuestamente espías rusos— que conocían detalles personales sobre sus vidas. Otros aseguran que sus móviles han sido manipulados de forma remota y que notas, mails y contactos han desaparecido de la noche a la mañana, a veces delante de sus propios ojos.

“Rusia siempre ha intentado usar a los soldados de la OTAN para su explotación con fines de inteligencia. Pero este tipo de campaña de acoso no tiene precedentes en tiempos recientes”, asegura Keir Giles, investigador del programa para Rusia y Eurasia del think tank londinense Chatham House.


Rusia siempre ha intentado usar a los soldados de la OTAN para su explotación con fines de inteligencia. Pero este tipo de campaña de acoso no tiene precedentes en tiempos recientes — Keir Giles, investigador del think tank londinense Chatham HouseX


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¿Qué buscaría Rusia con estas intromisiones en la privacidad de los militares?

Por un lado, recavar información sobre sus operaciones. Desde la eventualidad de que algún documento secreto o alguna comunicación sensitiva pueda acabar en los teléfonos privados de los soldados, a la posibilidad de seguir los movimientos de estos efectivos gracias a la geolocalización.

Oficiales de la organización militar también aluden a la posibilidad de usar terminales comprometidos como fuentes de desinformación que puedan ralentizar la respuesta de la OTAN ante posibles acciones militares rusas. Por ejemplo, mandando instrucciones falsas desde el teléfono de algún comandante. Aunque este tipo de comunicaciones a través de teléfonos privados no deberían ser vistas como oficiales, y por tanto no deberían ser tenidas en cuenta, contribuirían a crear confusión.

No obstante, a la luz del daño limitado causado por estas intromisiones hasta el momento, los oficiales de la OTAN consideran que la finalidad de estas acciones es fundamentalmente intimidatoria.

Como advertía Alejandro Suárez Sánchez-Ocaña en su libro El Quinto Elemento, “alguien que no sabe si le observan pero sabe que puede estar siendo observado, se siente vigilado y siempre será, en cierto modo, sumiso”.

O como cuenta a WSJ el coronel estadounidense Christopher L’Heureux, uno de los que han visto su teléfono hackeado, y el militar a cargo de las tropas de la OTAN en Polonia desde el pasado junio: “Pensé que esto sería fácil... nadie que me disparase. Pero esto es diferente”.


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