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Artículo Este futuro padre quiso probar el dolor del parto en sus carnes, y pronto se arrepintió Content

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Este futuro padre quiso probar el dolor del parto en sus carnes, y pronto se arrepintió

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“Mis ojos lloran. ¿Podéis darme la epidural ya?”

Playground community

05 Abril 2018 18:08

Esperar un hijo puede ser una de las mejores experiencias en la vida. Para una mujer es una experiencia extraordinariamente intensa. Cuando todo va bien, nos centramos en todo lo bueno y en ese bebé que se espera con alegría compartida. Pero, ¿qué tal si compartimos también lo malo, la incomodidad, los problemas y el dolor?

Puestos a compartir la experiencia de traer un bebé al mundo, una pareja de Nowra, en Australia, ha llevado a cabo un experimento como parte de la ‘fiesta del bebé’ que dieron el pasado mes de febrero.

Entre buenos deseos, bromas y regalos de amigos y familiares, conectaron al futuro padre a un aparato diseñado para simular las contracciones del parto. El resultado es extraordinariamente divertido.

El muchacho se ríe nervioso mientras los electrodos activan los primeros impulsos en los niveles más bajos de intensidad. Se ríe y hace bromas: “Necesito a mi persona de apoyo. Frótame la espalda”, dice mientras los invitados ríen.

Pero al igual que en un parto real, aunque mucho más deprisa, la intensidad de los impulsos eléctricos se va incrementando y casi desde el primero momento el sujeto empieza ¡a pedir la epidural!

“Parecen pulsaciones”, dice. La gente se lo está pasando en grande y a mayor intensidad, mayor diversión. La gente estalla en carcajadas cuando al hombre se le saltan las lágrimas. “Estoy llorando”, dice. Y de pronto grita: “¿Qué nivel es ese?”, pregunta horrorizado. Entonces alguien le da una dosis de realidad: sólo un nivel 5 de un total de 10, y experimentado durante unos pocos segundos y no durante horas como en la vida real.

Cuando alcanzan el nivel 8, el futuro padre ya no sabe qué hacer y empieza a imitar la respiración acelerada que se enseña para focalizar el dolor en los cursos de preparación al parto. “Está empeorando”, dice mientras se retuerce. Luego se seca las lágrimas y repite riendo: “Mis ojos lloran. ¿Podéis darme la epidural ya?”. “¡Vamos! Estás casi en diez centímetros”, le grita uno de los invitados, dejando claro que, en un caso real, a ese parto aún le queda un buen rato.

Si alguno de vosotros siente curiosidad y quiere compartir la bonita experiencia de dar a luz, que sepáis que nuestros protagonistas dicen que adquirieron la máquina en cuestión por eBay. Aunque después de este vídeo... dudamos que muchos padres se animen a pasar por el trance. ¿O sí?

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